van Dyck y la cuarentena

van Dyck y la cuarentena

Momento actual y comparación con la historia de la pintura.

Para muchos de nosotros que nos tocó vivir en tiempos relativamente tranquilos en nuestros países, el suceso que se está viviendo hoy en día es algo novedoso; como por ejemplo para mí, que nunca pensé que pudiera tener como experiencia el de verdaderamente vivir una pandemia y cuarentena de la misma forma que se puede leer que lo hacían las personas de siglos pasados, algo lejano. Antes de esto, lo cierto es que el termino cuarentena solo lo conocía por los libros de historia o las películas, y es aquí, dentro de la historia que al escuchar esa palabra no puedo dejar de recordar a varios pintores que vivieron muy de cerca este tipo de sucesos como por ejemplo Botticelli y sus vivencias en pleno rebrote de la peste negra, igual que Caravaggio quien perdería a casi toda su familia por culpa de la misma peste o como en este caso, del pintor del cual les voy a hablar, van Dyck, uno de los maestros consagrados de la pintura y cuya vida dio un vuelco al quedar atrapado en una cuarentena, que pudo convertir en un momento productivo donde le ayudo a crear una serie de obras las cuales se convirtieron en algunos de sus trabajos más conocidos.

Antiguo mapa de Palermo del siglo XV

El viaje a Palermo

Retrato de Desiderio Segno realizado por van Dyck

Anthony van Dyck fue uno de los más grandes pintores flamencos, llegando a ser pintor de la corte inglesa pero antes de eso le pasaría un suceso que sin duda marcaría su carrera. La historia comienza cuando van Dyck, en busca de compradores y mecenas de su trabajo, encuentra en Palermo a gente interesada en comprar su obra y apoyar su carrera, uno de esos sería Desiderio Segno, un rico mercader de la zona.

van Dyck había sido alumno sobresaliente de Peter Paul Rubens, se había convertido en un pintor versátil que pasaba sin mucho esfuerzo del retrato, a la pintura religiosa o de gran género. En 1621 viaja a la ciudad de Palermo, ilusionado con la idea de trabajar ya en los retratos de varios comerciantes de la zona, cuando unas semanas más tarde la ciudad es puesta en cuarentena por un brote de la peste. La ciudad fue sitiada y cerrada, nadie podría entrar o salir, no por días, no por semanas, sino por años.

La epidemia.

Seguramente viendo la situación van Dyck pudo haber hablado con Rubens para que lo sacara de esa ciudad. Para ese momento Rubens era diplomático y aparte de pintor de la corte del Rey Jaime I, sin embargo, van Dyck decidió quedarse a terminar todos los encargos, sin saber que pasaría seis largos años encerrado hasta que paso la pandemia.

Uno a uno sus mecenas y sus familias iban muriendo junto a muchos más ciudadanos. Anthony, deprimido terminaba los cuadros a pesar que ya algunos de los que retrataba habían fallecido. En ese momento más oscuro para la ciudad viene una noticia que le dará una inyección de ánimos a van Dick, sobre todo para crear una serie de obras que hoy en día es de las más conocidas, las pinturas de Santa Rosalía.

La Santa que los libró de la cuarentena.

Santa Rosalía era una niña que fue llevada por los ángeles de su casa a una cueva, para pasar su vida en ascetismo y adorando a dios. Pare el momento en el que van Dick estaba en Palermo en plena cuarentena se anuncia el hallazgo del cadáver de Santa Rosalía en la zona. Se cuenta que Santa Rosalía se la apareció a un cazador al cual lo llevo a una cueva y le mostró donde estaban sus restos, pidiéndole de favor que los llevara a la ciudad en una procesión. Era 1624 cuando se realizó la procesión con los restos de la santa hasta la ciudad de Palermo, que después de dicha peregrinación los contagios se contuvieron y desapareció la enfermedad convirtiéndose en la santa patrona de Palermo.

El reto de pintar a la Santa

Para van Dyck esto fue un giro de 180 grados cuando sus clientes pasaron a cancelar sus pedidos para convertirlos en cuadros de Santa Rosalía. Solo había un gran problema, no se tenían referencias de cómo había sido la Santa. Esto pudiera no significar un problema para otros pintores de la época quienes buscarían alguna modelo y bajo inspiración tratarían de capturar la imagen y la esencia para crear el cuadro, pero resulta que por la cuarentena Van Dyck no tuvo acceso a modelos o referencia alguna. Todas las imágenes de Santa Rosalía fueron creadas bajo la experiencia previa del pintor y de algunos retratos que tenia de sus viajes. La ciudad de Palermo ardía en devoción por Santa Rosalía y van Dyck tenía que entregar una imagen que fuera el reflejo de este amor y agradecimiento profundo. La cara, el cuerpo, los ropajes y escenarios, fueron creados concienzudamente ante la exigencia de rapidez que le reclamaban para poder tener una imagen para adorar.

Las Tres Rosalías.

Santa Rosalía interviniendo en la plaga de Palermo, 1623, óleo

El pintor creará tres obras majestuosas sobre el tema, la primera titulada “Santa Rosalía interviniendo en la plaga de Palermo” una obra de 1624 donde Van Dyck trata de crear una escena espectacular, donde la Santa es llevada por querubines al cielo mientras la van coronando y algún querubín travieso lleva parte de su osamenta mientras otro le indica que la tiene que dejar en la tierra, sin embargo Rosalía muestra una gesto de piedad y hace una señal a dios indicando que intervenga por la ciudad en plena plaga.

La piadosa.

Santa Rosalía intercediendo por la ciudad de Palermo,1629, óleo

“Santa Rosalía intercediendo por la ciudad de Palermo” de 1629 será la segunda obra que tenemos de este pintor sobre el tema. Donde se observa a una Santa piadosa volteando hacia el cielo y lo ojos puestos en dios para pedirle misericordia para el pueblo de Palermo, en una esquina del cuadro la osamenta de ella. Esta obra es la más austera en su composición, busca reflejar ese desprendimiento a lo mundano que tuvo la santa, al pintar una ciudad sin mucho detalle y a la santa portando una indumentaria roída y vieja afuera de su cueva.

La coronación.

La coronación de Santa Rosalia, 1629, óleo.

Y por último “La coronación de Santa Rosalía” también de 1629 es como el cierre de estas obras donde vemos como la Santa llega al cielo y se postra a los pies de la virgen maría, San Pablo y San Pedro. Donde el niño Jesús la corona como santa y donde nuevamente vemos su osamenta ahora con lirios blancos que simbolizan el amor de ella hacia dios. Para este cuadro van Dyck se basaría en muchas referencias de otras pinturas, por ejemplo, la composición y los colores de las vestimentas es muy probable que las sacara del “matrimonio místico de Santa Catalina” de Paolo Veronese de 1575 o la cesta donde San pedro toma las llaves es muy probable un homenaje a Tiziano de su obra Salomé de 1550. Recordemos que van Dyck no tenía modelos y que es muy probable que sacara todos estos cuadros de apuntes que haya hecho en sus viajes. Los pintores solían recorrer Europa para conocer a los grandes maestros del renacimiento y en esos viajes hacían copias y apuntes de los cuadros que iban conociendo. Para van Dyck fue una experiencia dura, donde vería morir a muchos de sus amigos, compañeros y mecenas como Desiderio Segno quien moriría en 1630. La pintura y Santa Rosalía representaron para van Dyck su salvavidas en su cuarentena y actualmente para muchas personas en el mundo la pintura también significa lo mismo, un salvavidas mientras pasa la furiosa tromba de la cuarentena por Covid-19.

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